«Una fórmula es un método o procedimiento práctico convencional que, a partir de determinados símbolos, reglas, pasos y o valores, permite resolver problemas o ejecutar procesos de manera ordenada y sistemática, a fin de obtener un resultado específico y controlado».
En este apartado encontraréis proposiciones que condensan conocimiento conductual, cognitivo y emocional acerca de la experiencia humana. Es decir, conocimientos sobre cómo nos comportamos, cómo pensamos y cómo sentimos.
Para ser consideradas fórmulas deberán ser capaces de vincular conceptos a través de una relación esencial: por su similitud, por su antagonismo, por su dependencia....etc; deberán también sintetizar relaciones entre conocimientos e integrar la información de nuestra experiencia esencial, más allá de la singularidad de cada persona.
Cuando buscamos una cita célebre, de alguna manera esperamos hallar un mensaje lingüístico breve que nos aporte cierto tipo de conocimiento cognitivo y emocional esencial.Nuestras fórmulas persiguen alcanzar un lenguaje de gran precisión capaz de transformar el dolor emocional que nos provocan ciertas creencias, prejuicios, hábitos incoherentes, temores, etc. Y de este modo guiar nuestras acciones de manera más coherente con nuestro conocimiento del cosmos y de la existencia.
Estas fórmulas se irán incorporando periódicamente.El tamaño de algo hace referencia a su capacidad de ocupar el espacio. Es un término relativo, ya que según el movimiento del observador, éste captará el objeto con menor o mayor tamaño. También es relativa su valoración, es decir, algo puede ser visto como muy pequeño según el tamaño del propio observador. Un grano de arena es minúsculo para una persona, pero es inmenso para una bacteria.
En la literatura divulgativa sobre el Cosmos, es muy habitual observar la tendencia a huir del antropocentrismo y el geocentrismo. Se da por sentado que el ser humano siempre tiende a colocarse en el centro y a observar e interpretar la realidad desde su propia vivencia. Por esta razón es muy habitual encontrar adjetivos que intentan contrarrestar dicha inercia. El Sol entonces es una estrella vulgar, al igual que la Vía Láctea……. Y se acaba poniendo el acento en lo pequeños que somos respecto al Universo. Tal es la insistencia en nuestro ínfimo tamaño y la necesidad que tienen de desbancar la idea de un creador omnipotente y antropomorfo, que caen en la incoherencia de igualar lo diminuto con lo carente de sentido. Con lo diminuto que es un protón respecto a nuestro tamaño, tanto como nosotros respecto a las dimensiones de una galaxia, y el interés que han volcado en conocer tal partícula… Por muy pequeños que seamos respecto al resto del universo, somos una parte del cosmos con una cualidad muy significativa. Somos universo con un impulso inteligente a encontrar sentido a nuestra existencia y a la del resto del cosmos…